Llega después de una tarde de trabajo, el viejo guardia se siente en su mesa y piensa, piensa en su hijo y lo mucho que lo extraña, piensa en su antigua mujer y se arrepiente de muchas cosas en su vida, en esos momentos el vuelve a ser un pequeño niño, llora silenciosamente hasta muy tarde, después se da cuenta de que nada le sirve y se prepara para dormir, mañana tiene un dia igual de difícil.
Estoy apurado y corriendo cruzo la puerta del establecimiento, ahí está el guardia.
-Buenos días
-Buenos días, ¿como está? Me responde el guardia
-Bien y usted?
-Mejor no podría estar caballero.
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3 comentarios:
oye tu, deja de ser tan preu e invitate unos rolls.
cuando mi papá escuchó el viejo comunista, de manuel garcía, se puso a llorar (guau) y me dijo que le gustó mucho, pero cuando cuando decía "cree que ya nada le sorprende, se curó de espanto.."
entonces dijo "pero nunca hay que perder el poder de la sorpresa, amigo".
yo ahora te digo que sí, efectivamente te quedó bonito,
y le digo al guardia que es bien cómodamente triste, y me sonrío.
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