Escuchar mientras se lee

sábado, 26 de diciembre de 2009

Como un tren llegué a mi casa y luego de cruzar la puerta y terminar la escalera de un solo salto llego a mi pieza, prendo la luz, me tiro en mi cama, apago la luz (solo dios sabe para que prendo la luz tan estupidamente si conozco mi pieza de memoria) y intento ponerme a dormir, pasan diez minutos como si fueran una hora, aunque no realmente una hora, sino que una hora que pasan en diez minutos y me doy cuenta que realmente no quería dormir, nunca fue necesario tanto alboroto nocturno.

No hay comentarios: