Escuchar mientras se lee

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dinero

Cuando termine de leer el libro, este terminó empastado con carbón y chocolate. Con chocolate porque descubrí el estante secreto con moneditas de chocolates de mi padre, me llevé un buen montón a mi pieza. Al principio, las monedas verdes superaban en demasía a las moradas, por lo tanto, apoyando a la causa morada, comí de las verdes hasta que estuvieron emparejadas. Luego (porque las ganas de chocolate podían mas que mi respeto por la sociedad de las monedas de chocolate)me las comí todas y queriendo más, volví al estante y saqué otro montón, aquí, la situación era distinta, esta vez las moradas eran mayoría, pero ya había dejado de lado esas tonterías de los colores, esos diez minutos me habían hecho madurar, madurar, madurar, y comí las que quise, al final, terminaron siendo mayoría, nuevamente, las moradas, Bien por ellas, , y sobre el carbón, bueno, había acarreado unos sacos, tres sacos, dos pequeños uno grande y seguía leyendo con las manos carbonadas y achocolatadas, pobre libro ¿habrá querido el escritor que un pobre niño lea sus libros con carbón y chocolate en las manos? Y… ¿que será del tío Joyce…?

1 comentario:

Tonchi dijo...

me gusto arto.tiene algo.